sábado, 28 de marzo de 2015

Bajo los cielos de Asia de Iñaki Ochoa de Olza

Portada de "Bajo los cielos de Asia"
A “Bajo los cielos de Asia” le delata su portada. Efectivamente, es un libro escrito por un alpinista o mejor aún himalayista, que parece que le da más empaque. Pero esto no quiere decir que él mismo solo pueda gustar a personas afines a tal actividad, ni mucho menos. Aún cuando en el libro se habla de montañas, y no de cualesquiera montañas, no, de las más altas bajo la bóveda celeste, para mí no es un libro que calificaría como de montañas o para alpinistas. Quizás le sentaría mejor el término “de aventuras”, pero lo que mejor le cataloga es que es un libro sobre la vida vivida plenamente. Cosa esta última que no siempre es factible, ni tan siquiera identificable.

Iñaki Ochoa de Olza, el autor, nos conduce en primera persona a través de sus principales hitos alpinísticos que realmente se acaba convirtiendo en un viaje por parte de su vida. En cuanto a estilo, no presenta ningún alarde, ni lo pretende, el contenido es mucho más importante que el continente. Dicho lo cual, la forma de escribir de este polifacético alpinista se hace bastante amena y ligera, mostrando a las claras aquello que desea contar. El libro se divide en años y cada año por expediciones, lo cual es una forma bastante peculiar de medir el tiempo. Pero, como ocurre con las vidas y los principios, es imposible contar el trasfondo del personaje de forma lineal y fácilmente entendible, sobre todo si este es de carne y hueso.

“Bajo cielos de Asia” trata, posiblemente sin la completa intención del autor, fundamentalmente sobre la pasión y la vida. La vida y cómo este fuerte navarro la entendía, que dista mucho de lo que por desgracia se ve hoy en los denominados “países occidentales”. Mucha gente cuando piensa en alpinismo, y más concretamente en esos “locos” que van a “matarse” al Himalaya y al Karakorum, les surge una pregunta, ¿por qué? Extrañamente y como indica el autor esta pregunta siempre la plantean los mismos, los adultos, a los niños ni se les pasa por la cabeza, ellos tienen en mente posiblemente otras cuestiones y términos más cercanos a aventura o pasión. Pues bien, en primer lugar, nadie se va a matar por gusto escalando en plan, “mira que cornisa tan bella, voy a despeñarme aquí”. La actividad que realizan los escaladores tratan de hacerla con la mayor seguridad posible si bien el riesgo es inherente a la misma, pues es imposible controlar el clima o saber cuándo te va a poder dar una embolia o cuándo te vas a despeñar. Raramente por no decir nunca, un alpinista pondrá su vida en juego a cualquier precio con tal de hacer cumbre. De hecho, como puede verse en este libro, no suele ser lo más habitual hollar la cumbre de estas altas montañas. Hay que intentarlo muchas veces hasta conseguirlo sabiendo que en la mayoría de las ocasiones te tendrás que dar la vuelta a media montaña o a 100 metros de cima porque las condiciones se ponen chungas o porque te quedas sin fuerzas o vete tú a saber, simplemente porque no se ve nada clara la cosa. Si no, que se lo dijesen a Iñaki que necesitó tres expediciones para lograr hacer cima en el K2, con todos los intentos que ello supuso. Sin embargo y a pesar de todo, estas tremendas montañas eran su pasión y su camino hacia la felicidad, lo que llenaba o recargaba su espíritu de energía.

Teniendo esto claro, el alpinismo es un deporte que en cierto sentido te reconcilia con el mundo y la naturaleza, con aquello que el ser humano siempre ha sido, al menos es la idea que se plantea. Si te paras a pensarlo a lo largo de toda nuestra existencia, el confort y la seguridad no han sido ni mucho menos una constante. Actualmente lo tomamos como algo normal, incluso habitual, y llegamos a indignarnos en su ausencia. Sin embargo, nunca ha sido más cierto que ahora que el cielo puede caer sobre nuestras cabezas y cambiar nuestras vidas de forma radical. Y no precisamente porque en épocas pasadas no pudiese suceder sino más bien porque nos hemos mal acostumbrado a una vida fácil y rutinaria que en muchos casos ha llegado a matar parte de nuestra misma esencia.

Poca gente podrá entender el por qué de la realización de esta actividad y que para algunos puede parecer una pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero. De hecho, es muy posible que todo aquel que no se dedique a ella, nunca llegue a comprenderla. Por mí parte, no tengo ninguna relación con la escalada ni el alpinismo, ahora bien creo haber vislumbrado que los tiros van por la libertad, la pasión o la esperanza.

Pero oye, no hay que confundirse y pensar que los alpinistas son héroes ni mucho menos, Iñaki deja esto muy claro en el relato de diferentes expediciones. Los alpinistas y el alpinismo en general están muy idealizados, cuando realmente son personas normales, un poco más fuertes y resistentes, pero gente normal. Tanto es así, que por aquellas cotas lo mejor y lo peor de nuestra especie se presenta en grado superlativo. Desde emprender un arriesgado rescate para lograr bajar de la montaña a alguien enfermo sea como sea, hasta pasar al lado de un alpinista que se acaba de caer y se esta muriendo, hacerle una foto y seguir hacia cima como si tal cosa. En este aspecto Iñaki Ochoa de Olza presentó siempre una fuerte moral y rigurosa ética que le hizo partícipe de varios rescates en alta montaña, moral y ética estas que parece aplicaba también en su vida cotidiana. Ello le llevó a defender a capa y espada la pureza del alpinismo. Un alpinismo sin oxígeno, con el menor número posible de cuerdas fijas y sin porteadores de altura o sherpas que abran huella y te guíen prácticamente hasta la cima.

Desgraciadamente Iñaki Ochoa de Olza murió en el 2008 a 7.400 metros de altura en la arista este del Annapurna debido a un edema cerebral y otro pulmonar, realizando la actividad que le apasionaba, cuyos riesgos aceptaba y trataba de minimizar. Sin embargo, sin estas altas montañas Iñaki hubiese sido mucho menos feliz, pues las mismas eran su medio de vida y si me apuras, su modo de vida.

Os dejo un video muy recomendable sobre el intento de rescate a Iñaki Ochoa de Olza y como 14 de los mejores himalayistas del mundo se echaron a la montaña para intentar salvarle la vida, incluso llegando a poner en riesgo la suya propia.



Título: Bajo los cielos de Asia
Autor: Iñaki Ochoa de Olza
Editorial: Saga Editorial
Descripción: Rústica 353 páginas
ISBN: 978-84-938750-2-2