lunes, 31 de marzo de 2014

"Historia de una maestra" de Josefina R. Aldecoa

La educación y la cultura probablemente sean uno de los pocos medios conocidos que permiten desarrollar en las personas un espíritu crítico, dotándolas de armas para defenderse del entorno, de las ideas extremistas, de las corrientes dominantes y proporcionándoles la capacidad de cuestionar la realidad y las ideas. Educar para la convivencia, para adquirir conciencia de la justicia, educar para la igualdad esos son los ideales de Gabriela, maestra rural protagonista de esta pequeña gran obra.

Josefina R. Aldecoa
En “Historia de una maestra” Josefina Aldecoa evoca a la mente de Gabriela su pasado como maestra, desde que finaliza sus estudios de magisterio en tiempos de Primo de Rivera, hasta el ascenso al poder del dictador Franco, pasando claro está por el periodo de la II República. En esta época convulsa de la historia de España, el magisterio no fue menos que los demás y también estuvo sujeto a grandes cambios los cuales se hacen presentes en la vida de Gabriela. La autora hace transitar a la protagonista por diversos pueblos mostrando la dureza de la ignorancia y de las ideas enraizadas durante siglos a la que tiene que enfrentarse en su labor educadora. En otros tantos casos ha de luchar contra las ideas religiosas de las gentes y la oposición de terratenientes y curas y ya se sabe, con la Iglesia hemos topado. Su carácter reformador y las tensiones con parte de las denominadas fuerzas vivas de los pueblos le acarrean no pocas riñas y quebraderos de cabeza. Pero no solo se atiende a la educación en esta obra, otro factor primordial es la evolución de Gabriela desde su pensamiento inicial hasta su vida final en la que la maternidad cobra un valor fundamental. En esta se escuda y en determinados momentos le sirve de justificación para no intervenir en diversas acciones, aunque no es menos cierto que la ayuda en casa brilla por su ausencia. Y es que, hay que tener en cuenta que si bien el valor de la palabra es enorme la mejor forma de promulgar una idea es con el ejemplo. Ejemplo este que en el caso de Gabriela no se cierne en ciertos casos a sus ideales, y que de igual forma sucede en el caso de su marido Ezequiel.

La novela se relata en primera persona desde la piel y el recuerdo de Gabriela, a la que Josefina Aldecoa logra dotar de gran realismo gracias a su comportamiento y forma de pensar. Es un personaje con sus miedos e inquietudes, con sus anhelos y alegrías. Además, las sencillas descripciones que aporta la autora son sorprendentemente suficientes para generar a conveniencia un ambiente idílico o de pesadumbre. Esta técnica descriptiva, sin saber muy bien como lo consigue, me parece impresionante, logra dar con los elementos claves que permiten despertar en el lector las sensaciones que la autora desea, y todo ello con una gran sencillez. También destaca la manera en que Josefina Aldecoa relata la historia y los acontecimientos. Para narrar al dedillo todos los acontecimientos que ocurren en la historia podría haberse escrito una novela que superase con creces las 500 páginas. Sin embargo, la autora pasa por ellos a saltos como sucede realmente en los recuerdos, sin necesidad de contar cada paso de Gabriela para que la historia cobre sentido.

Indudablemente “Historia de una maestra” es una buena novela, que plantea una reflexión pausada sobre la educación, sobre la relación entre nuestros ideales y el camino elegido para nuestra vida. Asimismo, muestra desde el punto de vista de una educadora una de las etapas más importantes en la historia de España y como durante un corto periodo de tiempo los anhelos más profundos del gremio fueron potencia aunque no llegasen a ser acto.

Título: Historia de una maestra
Autora: Josefina R. Aldecoa
Editorial: Círculo de Lectores
Descripción: Cartoné 205 páginas
ISBN: 84-226-3781-2

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lunes, 10 de marzo de 2014

Entrevista a Juan Goytisolo

Hoy inicio una nueva sección en el blog consistente en presentarle al eventual lector una recopilación de entrevistas televisivas realizadas a escritores de diversa índole. Esto permitirá conocer las inquietudes literarias y artísticas, de los diferentes literatos que pasen por esta página, así como entender sus inquietudes vitales, su metodología de trabajo o el fundamento de su obra, entre otras muchas cuestiones.

Para dar comienzo a esta, espero, instructiva sección he elegido una entrevista realizada a Juan Goytisolo. Autor empeñado en hacer aflorar a la superficie del conocimiento la influencia y herencia de todas aquellas minorías, más concretamente sefardí y musulmana, que ayudaron de forma determinante a forjar el castellano. El mediano de los hermanos Goytisolo ha cultivado tanto la novela como el ensayo y la poesía. Además, está considerado habitualmente como el narrador más sobresaliente de la “Generación de los niños de la guerra”, tratando en todas sus obras de realizar algún tipo de aporte a la lengua. Quizás por ello, se encuentra normalmente alejado de los grandes círculos editoriales actuales.

La vida de Juan Goytisolo ha transcurrido  en gran medida fuera de España, donde nació en 1931, concretamente en Barcelona. Dos de las posibles causas que le llevaron a este autoimpuesto exilio fueron, en primer lugar la muerte de su madre en 1938 durante un bombardeo del bando nacional sobre Barcelona. Por otro lado, el repudio y crítica de la vida occidental y su cultura. Todo ello le llevó en primer lugar a vivir en Marrakech y Paris, en este último destino trabajó como asesor literario de la editorial Gallimard. Posteriormente cruzó el charco y se afanó en su labor de profesor de literatura en diversas universidades estadounidenses. Realizó también labores de corresponsal de guerra en las contiendas de Chechenia y Bosnia. Desde la muerte de su esposa, fijó su residencia en Marrakech.

En el ámbito de la investigación literaria, se encargó de realizar una edición excelente de la novela picaresca “Vida de Estebanillo González, hombre de buen humor” así como la traducción y recopilación de textos del que para él es el mejor autor de la primera mitad del siglo XIX, José María Blanco White. Este último trabajo le permitió castigar duramente al régimen franquista quien había prohibido su obra desde 1963.

En su narrativa pueden distinguirse tres etapas. Un primer periodo caracterizado por la interpretación idílica de la realidad donde emplea un punto de vista objetivo, características de este periodo son Juegos de manos (1954) y Duelo en el paraíso (1955). Posteriormente, desecha el lirismo y el objetivismo y presenta una actitud crítica y subjetiva hacia la realidad social, El circo (1957) y Campos de Níjar (1960). Por último, se introduce en el campo de la innovación y experimentación literaria con obras como Señas de identidad (1966) y Reivindicación del conde don Julián (1970).

En 2008 le fue concedido el Premio Nacional de las Letras Españolas en reconocimiento a toda su carrera. Según sus propias palabras, ha abandonado la narrativa para siempre pues no tiene nada que decir, sus fuerzas se centrarán a partir de ahora en el ensayo y la poesía.


Sin más, os dejo con esta gran entrevista a uno de los más valiosos intelectual contemporáneos.


viernes, 7 de marzo de 2014

Presentación en Madrid de “Ávidas pretensiones”, novela de Fernando Aramburu

Portada de "Ávidas pretensiones"
El panorama inicial era desolador, apenas éramos quince personas esperando la llegada de Fernando Aramburu que había recalado temporalmente en Madrid para presentar su última novela “Ávidas pretensiones”, galardonada con el premio Biblioteca Breve 2014. El autor hizo su aparición puntualmente junto a Elena Ramírez, editora de Seix Barral, y otro escritor, cuyo nombre desconozco, en la tercera planta de la librería-cafetería La Central. Aun viendo el escaso personal, no se vino abajo y saludo con un sonoro buenas tardes y allí se pusieron manos a la obra.

Elena Ramírez, quien se encontraba en el jurado del premio Biblioteca Breve, habló en primer lugar. En su turno indicó las tres cualidades principales de la novela que llevó al jurado del premio a fallar a favor de la misma. En primer lugar se encuentra el valor que Aramburu da al género de humor en si mismo, un género que a pesar de contar con una larga trayectoria en España, últimamente ha sido muy maltratado. Por otra parte, destacó el gran esfuerzo que hay en el libro por hacer presente el lenguaje a través de un narrador que una y otra vez se salta las reglas del mismo. El tercer atributo que indicó la editora es la grandeza del mecanismo que el autor emplea para hacer patente el humor en aquello que está contando. Como comentó, esto es debido a que no solo emplea la parodia propia de los acontecimientos, sino que el hecho de que el narrador se muestre distante de la escena genera grandes momentos que provoca la carcajada del lector.

Antes de seguir habrá que ver, al menos a grandes rasgos, de que trata esta novela que tan bien nos pinta la editora Elena Ramírez, que todo hay que decirlo, es la editora del libro. Para este fin, me voy a valer del propio texto presente en la contraportada del libro ya que todavía no me lo he leído.

Con la llegada de la primavera, el pueblo de Morilla del Pinar se prepara para recibir a lo más granado del panorama lírico español, que acude a las terceras Jornadas Poéticas, celebradas anualmente en el Convento de las Espinosas. La reunión de tres días se presenta como la oportunidad perfecta para el desvarío de los participantes, que llegan con ganas de juerga y un objetivo común entre ceja y ceja: el sexo, la diversión y la gloria literaria, acompañada preferiblemente de un pisotón al contrario. Todo es posible en estos encuentros. Si algo puede acabar mal, terminará peor en unas jornadas que difícilmente podrán volver a convocarse. Un recorrido por las miserias del mundillo poético en una comedia de enredos que, a pesar de su mordacidad, no está exenta de cierta dosis de ternura, la auténtica receta del buen humor.

Fernando Aramburu
Una vez terminó la presentación de “Ávidas pretensiones” por parte de la editora de Seix Barral, Aramburu comenzó a hablar en un tono jovial y distendido, contando anécdotas que llegaba a arrancar la carcajada de los escasos presentes. En primer lugar indicó que desde el principio trató de inducir una lectura “curioso morbosa”, pues el lector puede llegar a creer, debido al aspecto físico y al modo de comportarse de los poetas, que algunos de ellos son personas reales pero cambiados de nombres. Sin embargo, posteriormente desmintió la creación consciente, al menos al cien por cien, de este efecto.

Según el autor, en el relato subyace la tensión de conceptos que ya en su juventud cultivaba en el Grupo CLOC de arte y desarte. En este caso la tensión se genera entre lo hermoso, lo bello que representaría el arte, y lo paródico, lo feo, lo grotesco que sería el desarte. Aunque si bien es verdad y el mismo reconoce, este segundo concepto es más predominante en esta novela.

Seguidamente, contestando a las preguntas del tercero en discordia, se introdujo en un terreno más técnico mostrando que su objetivo principal a la hora de escribir una novela es que el lector vaya descifrando e hilando todo lo que él presenta. De esta forma, sus lectores no pueden presentarse como entes pasivos sino que se requiere de ellos un comportamiento proactivo, al menos si desean enterarse de algo de lo que lee. Para lograr tal meta, en esta obra se plantean cinco líneas narrativas al mismo tiempo, lo que conlleva que haya cinco finales. A pesar de todo, Fernando Aramburu no es un escritor de mapa o esquema como lo era Zola. Es decir, los escritores que siguen un mapa en primer lugar se trazan, por ejemplo, un esquema por capítulos en el que presentan los acontecimientos y todo lo que desean expresar en cada uno de ellos, una vez que tiene la obra totalmente definida la escriben siendo capaces de realizar esta última labor en unas dos semanas.  En oposición a este tipo de escritores Aramburu podría definirse como un escritor con brújula, esto es, escribe capítulo a capítulo, con ciertas ideas claro está pero sin un mapa de acontecimientos que llegue hasta el final. En este sentido, el autor indico que él, siendo un escritor de brújula, necesita cuatro elementos claves, un narrador, los personajes principales, las líneas narrativas y un estilo específico para cada una. Una vez ha dado con estos cuatro elementos y los ha guardado en su mochila, se echa a la aventura de escribir capítulo a capítulo.

Para escribir la novela el autor se ha basado en algunos acontecimientos propios, como por ejemplo los cursos pedagógicos a los que asistía una vez al año cuando era profesor. También se ha inspirado en elementos externos como las actividades llevadas a cabo por el conjunto de literatos alemanes denominado Grupo 47. Sin embargo, paradójicamente antes de que el libro se publicase Aramburu desconocía que se hubiesen realizado reuniones reales de poetas similares a las descritas en la novela, en ellas diversos autores del verso se reunían para exponer sus textos ante el resto.

“Ávidas pretensiones” tiene pinta de ser un libro con el que pasar magníficos momentos, sobre todo tras lo expuesto en la presentación a la que he podido acudir, por ello es una novela que me gustaría leer y queda anotada en mi marcador mental de lecturas pendientes. A pesar de todo, tras la presentación me quedó un gran desasosiego, ¿cómo es posible que a la presentación (gratuita) en Madrid de un libro de un autor medianamente conocido como es Fernando Aramburu asistiesen menos de veinte personas? ¿Hay tan poco nivel cultural en este país o ha sido solo un hecho aislado? Espero que este libro tenga las ventas que a primera vista se merece.

Título: Ávidas pretensiones
Autor: Fernando Aramburu
Editorial: Seix Barral
Descripción: Rústica 416 páginas
Precio: 20,00 euros
ISBN: 978-84-32222-59-7

martes, 4 de marzo de 2014

"Territorio comanche" de Arturo Pérez-Reverte

 El horror puede vivirse o ser mostrado, pero no puede comunicarse jamás.

¿Quién puede ser capaz de dar testimonio sin ambages de la crudeza, la crueldad y el horror de las guerras? ¿Un señor que sentado tras su escritorio se imagina las guerras por como las ve en televisión y prensa cuando la bomba más cercana que le ha caído está a más de mil kilómetros? O por el contrario, un tipo que ha trabajado como reportero de guerra durante veintiún años, que ha tenido que ver lo mejor y lo peor de la condición humana, que ha circulado por pastos de minas antipersona pendiente de que el bando de turno no le llenase el culo de metralla. Evidentemente, el segundo posee un bagaje que el primero se imagina, en muchos casos de forma errónea. Este tipo que ha pasado más de dos décadas en zonas de conflicto armado no es otro que el amado y odiado a partes iguales, Arturo Pérez-Reverte.

José Luis Márquez y Arturo Pérez-Reverte
“Territorio comanche” fue publicado en 1994 y en él el autor plasma de forma clara y dura, mostrando una serie de hechos vividos por el o por otros periodistas de guerra, la crudeza y el horror de la guerra. Es un libro que por momentos nos descubre el lado más vil y cruel del ser humano. Sin embargo, no se crea el lector que esta novela, en cierta forma autobiográfica, es únicamente un lienzo en el que Pérez-Reverte nos presenta lo peor de nuestra condición. De hecho, probablemente este ni tan siquiera fuese su objetivo primario. Este relato, es muchas cosas, y la primordial de ellas es ser un homenaje a todos aquellos reporteros que han cubierto conflictos bélicos. Una clara prueba de ello es que los nombres de diversos de estos periodistas, los de quienes volvieron y algunos de los que nunca regresaron, fluyen con facilidad de la pluma del autor. Por encima de todos los homenajeados Arturo Pérez-Reverte sitúa a Márquez, el cámara con quien cubrió diversas contiendas, a quien parece unirle unos fuertes lazos de camaradería y admiración.

Matar al enemigo ya no se lleva. Ahora lo moderno es hacerle muchos cojos y mancos y tetrapléjicos y dejar que se las arreglen como puedan.

En el libro se nos presenta la guerra desde el punto de vista de los reporteros, para quienes estas son un lugar de trabajo, muy peligroso, pero un lugar de trabajo. Ellos en la mayoría de las ocasiones son meros observadores, deben grabar los sucesos, la crueldad, los muertos o lo que se tercie y correr hasta el punto de emisión para que la noticia llegue a tiempo a los telediarios. Supongo que con el paso de los años esta metodología habrá cambiado gracias al avance de las tecnologías pero aun así el concepto permanece. Mediante las anécdotas indicadas anteriormente, también se nos muestra la vida de los reporteros mientras cubren un conflicto, como se afronta la vida cuando un mortero te cae a diez metros mientras estas trabajando o como de rápido hay que aprender si no quieres morir más rápido todavía.

En cuanto a la estructura narrativa, el planteamiento de Pérez-Reverte es sublime, a mí parecer la mejor forma de contar todo lo que deseaba. El hilo vertebrador de la novela es la acción que discurre alrededor del intento por parte de Márquez y Barlés, quien se supone hace las veces del autor, de grabar la voladura del puente de Bijelo Polje por parte de los jáveos. Sin embargo, a partir de los sucesos parciales que rodean a estos dos personajes, el narrador, que se encuentra en tercera persona y todo lo conoce, recorre una serie de anécdotas y pensamientos que completan el relato.

Os recomiendo a todos que leáis esta novela, aun cuando no os gusten los libros con elevada carga emocional o directamente no os guste la escritura de Pérez-Reverte. Con él podemos entornar los ojos y ver que en la mayor parte de los casos nosotros y nuestra situación somos la excepción en este mundo.

Nos pasamos la vida creyendo que nuestros esfuerzos, nuestro trabajo, lo que conseguimos a cambio de todo eso, son definitivos, estables. Creemos que van a durar; que nosotros vamos a durar. Y un día el cielo nos cae sobre la cabeza.

Título: Territorio comanche
Autor: Arturo Pérez-Reverte
Editorial: Círculo de Lectores
Descripción: Rústica 125 páginas

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