lunes, 30 de diciembre de 2013

V de Vendetta (Cómic) de Alan Moore y David Lloyd. Primera parte.

Portada de V de Vendetta en la edición de DC Comics
El fascismo asola Inglaterra, podando todas las libertades tanto individuales como colectivas, en pro de una teórica estabilidad y bienestar. La opresión y el control a través de las armas, la violencia y el miedo es ley. La vigilancia exhaustiva mediante el empleo de cámaras y micrófonos que cubren toda la superficie habitable impide la privacidad así como cualquier posible conato de rebelión. Sin embargo, lo peor de todo es que esta hipotética Inglaterra ha instaurado este régimen y todo su ditirambo de recortes a las libertades con el insultante beneplácito de sus habitantes junto con el uso de la política del miedo. La justicia, los ideales, las libertades y la integridad de las personas han sido erradicadas o dejadas de lado en beneficio del ¡Inglaterra prevalece!

V dando un discurso televisado
Bajo el Sol abrasador que representa la vida en esta Inglaterra fascista aparece la figura de V, sí amigos, estamos hablando de “V de Vendetta”. V es un personaje, pero al tiempo representa unos ideales, la integridad personificada. Ataviado constantemente con su peluca y su máscara de Guy Fawkes. ¿Su objetivo? Derrocar la dictadura imperante y llevar a cabo su vendetta particular, tratando de liberar las sogas que oprimen a la población y de cuya existencia no son ni tan siquiera conscientes. No escatima en la violencia si la situación lo requiere. Considera que en determinadas ocasiones, como es el caso de la brutal represión en aquella supuesta Inglaterra, el uso de las armas y la fuerza puede ser legítimo así como un motor para logra la libertad. Porque de qué otra manera actuar cuando la Justicia defiende las injusticias más viles de un Gobierno hacia su pueblo, o directamente cuando la Justicia ha sido aniquilada, masacrada y desmembrada. V se encuentra fuera de la vigilancia del Gobierno de Adams Susan, pues podría decirse que no vive en ese mundo. Se encuentra en otro paralelo en el cual la cultura está permitida, se pueden y deben leer libros, apreciar las obras de arte y formarse. Sin embargo, ese mundo paralelo ha estado durante largo tiempo únicamente habitado por él, hasta que esto cambia con la llegada de Evey Hammond.

Viñeta en la que se encuentra en la escena central el líder, Adams Susan

El uso reiterado de la fuerza y de artefactos explosivos no es precisamente un camino para entablar una buena amistad con el líder Adam Susan, que pone todos los medios a su disposición para frenar al catalogado como terrorista, V. Con sus acciones, V trata de imponer un caos y sacar a la población de su letargo voluntario al tiempo que descabeza las diferentes cúpulas del Gobierno y sacia su sed de venganza. Pero V no es tan solo un anarquista que se dedica a poner bombas sin más, es una persona culta en un mundo en el que la cultura está prohibida, es un conjunto de ideales por los cuales está dispuesto a morir llegado el momento. Además el lenguaje que emplea se encuentra habitualmente sembrado de metáforas, sobre todo durante lo que podría llamarse la iniciación de Evey. Este lenguaje enrevesado dificulta la lectura al tiempo que incita a pararse a pensar sobre lo que realmente está queriendo decir y lo que desea transmitir a Evey Hammond. Ello unido al uso de constantes metáforas es parte del aprendizaje de Evey pues de esta forma él tan solo le muestra el inicio del camino tocándole a ella la tarea de recorrerlo. Llegando por si misma al descubrimiento de los ideales y la integridad, motivos que deberían mover a las personas.
Portada de la recopilación completa llevada a cabo por Vertigo
Las situaciones, diálogos, metáforas y acciones planteadas se encuentran tan bien narrados que buscar paralelismos con la situación actual en diversos países es inevitable (entre ellos España). Además los hilos argumentales son tantos y de tal profundidad que a los autores, Alan Moore y David Lloyd, les permite tocar una gran multitud de conceptos más allá del fascismo y la opresión. Luchas de poderes dentro del propio partido, corrupción y amiguismo de las altas esferas, torturas, justicia, ideales o libertades son algunos de los muchos temas tratados. A pesar de todas las materias puestas sobre la mesa, las diversas visiones y caminos empleados a lo largo del cómic y sus bifurcaciones, al final todo va confluyendo de una forma sorprendentemente armoniosa. Técnicamente hablando el guión elaborado por Alan Moore me parece sublime tanto por la dificultad de unir todos los argumentos, como por la trama principal así como por los recursos empleados lo cual confiere matices a la obra que la hacen aún más bella. Como se ha mencionado las metáforas son el pan nuestro de cada día cuando V habla, pero a parte nos encontramos con elipsis que permiten aventurarnos tanto en el pasado de V como de Evey, simultaneidad y paralelismo entre texto y dibujo haciendo que los textos correspondientes a un determinado hilo de la historia se desarrollen en las viñetas correspondientes a otro. También se incluyen referencias a conversaciones anteriores dentro del mismo cómic lo que permite la unión de vías y la comprensión de hechos pasados. Y por supuesto, no voy a dejar sin mencionar el capítulo completamente musical que de primeras puede no entenderse completamente pero que cobra todo el sentido a medida que avanza la historia.

Alan Moore (escritor y guionista)

David Lloyd (ilustrador)
En breve os traeré la segunda parte de la reseña de V de Vendetta que esto se está alargando en exceso. En la próxima hablaremos de la ilustración y las diferencias más sustanciales entre la película y el cómic. Hasta pronto.

Os dejo a continuación el enlace a la segunda parte de la entrada:
V de Vendetta (Cómic) de Alan Moore y David Lloyd. Segunda parte.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Dublinés de Alfonso Zapico

Portada de Dublinés
Los cómics, tebeos o como queráis llamarlos, pueden presentar una faceta educativa e histórica a parte de contarnos fascinantes tramas fantásticas y de aventuras, o de lo que se tercie. Un ejemplo muy claro es el volumen que hoy comento, Dublinés de Alfonso Zapico publicado por Astiberri, que fue Premio Nacional del Cómic 2012, ahí es nada.

Alfonso Zapico autor de Dublinés
Pues nada, al lío. Dublinés cuenta la vida, obra y milagros de uno de los mejores prosistas de habla inglesa del siglo XX, James Augustine Aloysius Joyce, James Joyce para los amigos y el mundo en general. El cómic no es una mera biografía del autor de “Ulysses”, en él, además de contarnos la vida de Joyce, Zapico expone, con gran maestría y amenidad, los principales acontecimientos históricos de la época que influyeron al autor. Ello unido a la descripción del entorno familiar y círculo de amistades de Joyce hace que nos podamos hacer una idea más precisa del autor, más allá de sus actos. Este afán por mostrar las relaciones que mantenía Joyce con sus familiares, amigos y conocidos nos envuelve en momentos puntuales de la obra en una marabunta de personajes que puede liar en cierta forma al lector. También es cierto que a ello contribuyó el propio Joyce manteniendo una vida social muy activa y particular, por llamarla de alguna forma. Sin embargo, a mi juicio, el fin, en este caso, justifica los medios, y el gran número de personajes que aparece en el cómic tienen por objetivo contarnos anécdotas y momentos de la vida del autor sin los cuales la completitud descriptiva del mismo quedaría coja.

James Joyce autor de "Ulysses"
A decir verdad, James Joyce fue un personaje pintoresco, al que muchos tildarían de calavera si no fuese porque era un puñetero genio. Nació en Irlanda en 1882 y la mayor parte de su vida la pasó lejos de la tierra que le vio nacer, unas veces en París, otras en Trieste, Pola, Zurich, viajaba en cantidad. A pesar de que la última vez que pisó Dublín fue en 1912, esta misma es la ciudad en la que discurren todas sus historias. No tuvo trabajo estable ni sueldo fijo durante gran parte de su vida, aunque tampoco tenía pinta de que el trabajar más allá de sus escritos le apasionase. Ello implica que vivió en muchos casos de la pillería y el engaño, siendo los principales objetivos de tales actos sus amigos cercanos y sobre todo su hermano menor Stanislaus que vivió junto a James, su mujer y sus hijos durante largos periodos de tiempo. Por si fuese poco, la misma maestría que se gastaba con la pluma la aplicaba también de forma habitual en empinar el codo. La vida bohemia que llevó le permitió conocer a todo tipo de personajes, desde afamados escritores y editores coetáneos como Proust o Ezra Pound hasta borrachos, mujeriegos y envidiosos de la talla de Cosgrave o Gogarty. Todo ello, así como las dificultades que tuvo para lograr publicar sus libros o sus diferencias con la Iglesia y otras muchas facetas se describen a la perfección en el Dublinés de Alfonso Zapico.

Viñeta de Dublinés
Página de Dublinés
A excepción de que en determinadas ocasiones las anécdotas se presentan de una forma un tanto inconexa, me parece una biografía excelentemente relatada, con un guión ameno que arranca la carcajada en gran parte de la historia. El tipo de dibujo, semi-caricaturesco sin un gran alarde en detalles, encuadres o puntos de vista, es muy apropiado dada la envergadura del proyecto que se traía entre manos Zapico, hay que decir que el volumen cuenta con más de 200 hojas. Lo mismo sucede con el color, pues el cómic se encuentra coloreado en escala de grises lo que le confiere un aire de tiempo pasado muy acorde con la historia. Es un cómic muy bueno y bien trabajado, además de didáctico, (con razón que ganase el Premio Nacional del Cómic 2012)  que describe los dimes y diretes de una gran figura de la literatura del siglo XX y que pienso volver a leerme más pronto que tarde.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Blacksad #4- El infierno, el silencio

Portada de "El infierno, el silencio"
En el cuarto volumen de la saga Blacksad el detective gatuno da con sus huesos en la mítica ciudad de Nueva Orleáns, cuna del jazz. El director del sello discográfico La Chapelle Records, Fausto La Chapelle que se encuentra gravemente enfermo, le encomienda encontrar al mejor de sus músicos, Sebastian “Little Hand” Fletcher. Sebastian es un virtuoso del piano que se hizo rico y famoso muy temprano, a pesar de ello, se enganchó a la heroína y su vida entró en una profunda decadencia por culpa de la misma. Pero el formidable pianista guarda un secreto que le atormenta y le devora y que La Chapelle teme.

Blacksad aceptando el encargo
En “El infierno, el silencio” me han sorprendido dos características que en los tres volúmenes anteriores no se presentan o al menos lo hacen en menor medida. El desorden en la historia, es decir, el uso de la elipsis temporal en un grado superlativo que inicialmente crea en el lector una especie de incertidumbre hasta que se logra seguir la pauta planteada por Canales. Esta artimaña obliga al lector a mostrar una actitud participativa en la lectura lo que provoca una mayor inmersión en la historia, ya que se debe ordenar el rompecabezas para lograr sacar todos los detalles a la trama. Para completar esta elipsis temporal, Guarnido se dedica a jugar con el color para generar énfasis en los recuerdos, en hechos previos y posteriores generándose una mayor profundidad narrativa. Ambos recursos confieren un valor añadido a “El silencio, el infierno” y muestran la constante innovación que los autores plantean en sus cómics.

Viñetas geniales de claros y sombras bajo un árbol
“Alma Roja”, tercer volumen de la serie, representó la consagración de Blacksad, tanto a nivel artístico como narrativo, y por consiguiente de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido. Con “El infierno, el silencio” esta genial dupla demuestra que además de hollar la cima, también son capaces de permanecer en ella. No se puede por menos que quitarse el sombrero ante la gran historia tejida por Juan Díaz Canales, quien no da puntada sin hilo. Y por supuesto, elogiar a Juanjo Guarnido que con sus dibujos permite que el lector se sumerja en esta gran historia de un jazz. Por lo visto, la gente de la Comic Con de San Diego 2013 pensaron algo similar pues la obra, “El infierno, el silencio” o mejor dicho, los padres de la bestia, recibieron dos prestigiosos premios Eisner. Uno a la Mejor edición norteamericana de material internacional, compartido por Canales y Guarnido, y el segundo para Juanjo Guarnido como Mejor ilustrador/ artista multimedia.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Blacksad #3- Alma Roja

Ya era hora de volver con Blacksad y aquí estamos para comentar “Alma Roja”, título elegido por Canales y Guarnido para el tercer volumen de la saga del detective gatuno. Como pasó con los dos números anteriores, “Un lugar entre las sombras” y “Artic-Nation”, fue Norma Editorial  la encargada de sacar a la luz este cómic en España, lo que también ha hecho con los números cuatro y cinco de la saga.

Portada de Alma Roja
En este caso, voy a intentar no hacer ningún spoiler de la trama porque me ha parecido tan buena que debéis disfrutarla por vosotros mismos. En comparación con las dos primeras entregas, Alma Roja es, en mi opinión, la mejor historia de las tres. No se trata de un mero álbum de género negro pues posee una dimensión política y moral que le hace estar un escalón por encima. Aunque es cierto que ya en Artic-Nation se presenta un cierto componente político, en este último número el mismo está mucho más cuidado y depurado haciendo que la historia gane enteros.

Por si fuese poco, además de los dimes y diretes de la trama principal, perfectamente hilada por Juan Díaz Canales, esta queda sazonada con una historia de amor que nos lleva a conocer a un Blacksad que en ningún momento hasta la fecha habíamos visto. La presencia del profesor Otto Liebber, viejo amigo del gatuno detective, también nos muestra ciertos rasgos del pasado del mismo, haciendo que en este número de la saga la figura del personaje crezca considerablemente.

Blacksad seductor
Otro aspecto que me hace pensar que Alma Roja es el mejor cómic de la saga, hasta el momento, es la gran diversidad de personajes que se nos muestra. Por las viñetas circulan desde personajes conocidos por todos como Weekly o el inspector de policía, pasando por el mencionado profesor Liebber, la escritora Alma Mayer o el pintor ruso Litvak,  hasta el senador republicano Gallo.

Pero para que os pongáis en situación os voy a dar algún dato más concreto, pero no temáis, no os voy a destrozar la trama como ya dije. La historia se sitúa en algún momento de la década de los cincuenta. En estos tiempos hay en los Estados Unidos un grupo denominado “Los Doce Apóstoles” formados por intelectuales de izquierdas que se reúnen al amparo del filántropo Samuel Gotfield. Pero sin embargo, por muchos estamentos políticos este grupo no está visto con buenos ojos.

Ni que decir tiene, que la magnífica trama creada por Canales es aderezada con los dibujos surgidos de las hábiles manos de Juanjo Guarnido, quien ya demostró en los dos volúmenes anteriores que entiende las escenas, la luz y el color como nadie. Sin embargo, en este caso lo que más me ha asombrado de toda la magia surgida de sus lápices ha sido la caracterización física de los personajes así como sus rostros. A pesar de tratarse de animales antropomórficos, las caras transmiten una gran cantidad de sensaciones que pueden ir desde la alegría y la diversión, a la locura más extrema pasando por gestos de gran dureza y sobriedad.

Caracterización
Y aún quedan más cosas que estos dos maestros del cómic, Guarnido y Canales, se han inventado, alzando Alma Roja a un pedestal. Por ejemplo, la carta inicial de la escritora Alma Mayer o las fichas policiales de parte de los personajes así como la portada de prensa que da que pensar una vez se ha finalizado el cómic.